Bruce Nauman, Indiana,1941.



martes, 11 de octubre de 2011

Miguel Ángel y los Maestros Antiguos




Miguel Ángel podía expresar  en mármol cualquier idea por abstracta que fuera. En la tumba de Lorenzo de Medici llamado  el Pensieroso ,representa al personaje sedente, cerrado sobre sí mismo, personificando el temperamento reflexivo, introvertido y melancólico y subraya la idea  sobre la tapa curva  del sarcófago con las figuras  del Crepúsculo y la Aurora. Son   las horas inciertas, las más misteriosas,  del día, oscilantes entre luces y sombras-, que surgen o se desplazan lentamente. El Crepúsculo está representado en la figura de un anciano pero La Aurora ,un desnudo heroico de mujer que se despereza, es considerada  una de las figuras femeninas más hermosas y sensuales del Renacimiento.

Miguel Ángel. Tumba de Lorenzo de Medici,La Aurora y el Crepúsculo, Florencia


Vasari termina en 1550 la primera edición  de sus Vidas con la biografía de Miguel Ángel:  
"Y que nadie se extrañe que yo haya relatado la vida de Miguel Ángel estando él aún vivo, porque, como no se espera que deba morir ya nunca, me ha parecido conveniente hacerle este escaso honor, que cuando bien abandone el cuerpo, como el resto de los hombres, no encontrarán nunca la muerte sus inmortales obras, cuya fama vivirá siempre gloriosamente mientras dure el mundo, por medio de las bocas de los hombres y las plumas de los escritores, a pesar de la envidia y a pesar de la muerte".
Al  comienzo Vasari  había recordado que:  
" en su niñez y por sí mismo aprendía a dibujar sobre papel y en las paredes" 
y cómo  en vista de sus inclinaciones el padre lo mandó como aprendiz al taller de Domenico Ghirlandaio y  el maestro quedaba más y más asombrado de las capacidades del muchacho cada día. De que fuera un adolescente prodigio quedan pruebas en varias obras notables.
Escultor, pintor, arquitecto y poeta...en un grado que le hizo merecer en vida el apelativo de divino, y que Vasari justificó porque " le tuviéramos más por algo celeste que terreno". Platónico apasionado concebía el arte como una intervención del artista para liberar la idea ya existente en el bloque  que el escultor debía revelar quitando la materia sobrante.Centrado en el proceso creativo, llevaba una vida austera y solitaria  -siempre radical y al borde del abismo-.Su extensa obra no cabe en un estilo -desmedido para ser Renacimiento, severo para ser Manierismo-   y le convierte en un estilo en sí mismo dentro del arte italiano de los siglos XV y XVI.

Moisés, con las tablas de la ley bajo el brazo con ira apenas contenida,  apoya la pierna izquierda a punto de incorporarse para hacerlas añicos y contempla cómo los israelitas adoran al becerro de oro (Ex.32,19). La figura  encarna la terribilitá de Miguel Ángel y junto con los esclavos es lo que quedó del proyecto gigantesco de la tumba de Julio II: una mole de mármol llena de esculturas que se situaría bajo la cúpula del San Pedro que proyectara Bramante.


En Florencia Giotto y Masaccio fueron sus guías; admiraba  la gravedad, la monumentalidad y lo esencial de su pintura ; en escultura  se identificaba con obras del sienés Jacopo della Quercia y del florentino Donatello. Estos escultores ya desaparecidos cuando él nació--además de la escultura antigua conocida en el jardín de Lorenzo de Medici -- fueron los maestros del  Miguel Ángel joven.
Jacopo della Quercia, Adan y Eva en el Paraíso. Puertas de San Petronio. Bolonia

Su precedente inmediato como escultor es el sienés Jacopo della Quercia y especialmente el de las puertas de San Petronio de Bolonia, todo un programa para Miguel Ángel. Della Quercia potencia  la figura humana en su dimensión heroica. Ignora  la naturaleza como paisaje y el espacio perspectivo que tanto atraía a sus contemporáneos. También   Miguel Ángel para quien el espacio en pintura o en relieve lo creaba la propia tridimensionalidad  de las figuras.

El pathos trágico, y lo que sus contemporáneos llamaron terribilitá, --la fuerza pavorosa que poseen el Moisés o el Dios- Juez del Juicio Final-- llegan a su cenit en Roma donde conoció y estudió  obras de dos maestros antiguos de la Época Helenística: los autores de el Torso Belvedere y del grupo de Laocoonte y sus hijos; en ellos encontró la idea grandiosa y dramática que él tenía de la escultura.




LOS MAESTROS ANTIGUOS/
1.- EL TORSO  BELVEDERE


Apolonio de Atenas, Torso  Belvedere, mármol, copia romana de h150 aC. Museos Vaticanos.


Kenneth Clark en "El desnudo", se refiere al Torso  Belvedere como a la obra "que tanto influyó en Miguel Ángel" y en la que "la transformación de la anatomía humana en instrumento de expresión no puede llegar más lejos"; 
y Paggi, se refiere a también a él :"Michelangelo diceva essere discepolo del Torso di Belvedere, sopra il quale manifestava d'aver fatto grande studio...".


Había sido desenterrado en el Campo dei Fiori durante el papado de Julio II (1503-1513), y Miguel Ángel  en ese tronco mutilado, de dramática energía , encontró un maestro que le transportaba más de mil quinientos años atrás, a la esencia misma de la escultura de la Antigüedad tardía en que confluyen la forma griega, el pathos oriental y el naturalismo romano.

Era obra de el escultor ateniense, Apolonio de Atenas. Con él Miguel Ángel, no aprendió el desnudo, que había demostrado conocer ya bien y en distintos aspectos:el fluido y oscilante del Baco Ebrio(1497), el suave pero inerte de Cristo en La Pietà del Vaticano (1499) o el heroico y desafiante del David (1504) con sus músculos, tendones y venas en tensión máxima pero contenida. Para todos ellos le habían servido sus estudios de anatomía en el Hospital del Santo Espirito, de Florencia, privilegio que obtuvo del prior, porque parece no ser cierto que la Iglesia prohibiera practicar la disección en circunstancias justificadas.

Lo que le enseña el Torso  Belvedere es a utilizar el desnudo como concentración de energía e instrumento de pathos; como trasmisor de emociones intensas con pocos elementos: el torso y , sobre todo,  la unión del torax con el abdomen, pueden evocar una gama intensa de efectos emocionales y concentración de energías. Estudiándolo Miguel Ángel transforma al desnudo en  un medio para la personificación de ideas cargadas de honda emoción.
                                 (ampliar  imágenes)


LOS MAESTROS ANTIGUOS/
2.- LAOCOONTE Y SUS HIJOS



Laocoonte y sus hijos. Agesandro,Atenodoro y Polidoro,h150 a.c., mármol, 2,45 alt,museos vaticanos.



Se sabía de la existencia del grupo por Plinio el Viejo en su Naturalis Historiae,pero se creía perdido para siempre.El 14 de Enero de 1506 un campesino que cavaba una viña cerca de Santa María la Mayor,la sacó a la luz. El papa  Julio II envió a ver el hallazgo al arquitecto Sangallo al que acompañó Miguel Ángel, que acababa de volver de Carrara de seleccionar bloques de mármol para el mausoleo del papa.

 Laocoonte sacerdote troyano estaba relacionado con la historia romana: el castigo divino a él y sus hijos , era  una advertencia a Eneas de que Troya iba a caer y debía abandonar la ciudad, para después de un largo periplo, fundar Roma.


Miguel Ángel quedó fascinado. La escultura estaba tallada en un solo bloque de mármol en un alarde de virtuosismo, barroquismo y pathos; también de retórica gesticulante, pero no en el torso y en la pierna que le continúa de gran fuerza expresiva en su desnudez ; era un vestigio de la Antigüedad y una escuela donde aprender a expresar la emoción agónica a través de la tensión del rostro y del cuerpo e incluso de las barbas y el cabello, -como reflejaría Miguel Ángel en su Moisés-, además del movimiento centrífugo y centrípeto de los cuerpos por la enérgica contracción de los músculos.

Dos años después del descubrimiento de Laocoonte, Miguel Ángel comenzaría los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina y veinte años después todavía recordaría el grupo helenístico en los frescos del Juicio Final. 


Las reflexiones de Miguel Ángel sobre la esencia  del Torso del Belvedere y el Laocoonte influyeron en sus siguientes obras; no sólo en la representación del desnudo sino del cuerpo humano en general como potencial  de pathos y movimiento.

Las esculturas para la nunca realizada tumba de Julio II en San Pedro: los Esclavos y el Moisés, o las personificaciones del Día , la Noche, la Aurora y el Crepúsculo de las tumbas de los Medici en Florencia; las distintas Piedades, y otras figuras religiosas o mitológicas son de una intensidad interior contenidamente dramática.

Siguió utilizando la técnica del non finito como un delicado mecanismo para crear percepciones y sensaciones sutiles jugando con la luz sobre el mármol áspero, sin pulir o finamente pulido; en el primer caso la luz queda atrapada y en el segundo se desliza como una capa de agua y se difunde ; lo había observado siendo  niño, en las piezas antiguas de mármol rotas en el Jardín de los Medici y lo había reencontrado en las partes amputadas del Torso del Belvedere...

La influencia de estas dos esculturas  se reflejó  además de en  algunas figuras del techo de Capilla Sixtina, En los frescos de la bóveda  la influencia de Laocoonte se refleja en los Ignudi y en Amán moribundoveinte años después  en  los cuerpos gigantescos en rotación con sus vertiginosas torsiones y escorzos sobre el  fondo azul cobalto del Juicio Final.


Cuando se desenterró  Laocoonte era Papa  el belicoso Julio II,el mayor mecenas de la historia, el Renacimiento estaba en su esplendor y la Antigüedad era reverenciada como modelo supremo; la imagen del antropocentrismo era el desnudo humano que representaba la verdad y la belleza.

Pero eran tiempos de transformaciones radicales: los viejos problemas religiosos, la actitud de la Iglesia, Lutero, la Cristiandad dividida...; el saqueo de Roma en 1527 por las tropas del Emperador Carlos V produjo un  horror inimaginable antes  de violencia y destrucción:asesinatos, violaciones, robos e incendios... Católicos  y Protestantes, el Concilio de Trento...cuando terminó este último en 1563 las cosas habían cambiado también para el arte.

-La temática habría de ceñirse a los libros sagrados tratados con decoro sin añadidos más o menos anecdóticos.Desde el punto de vista del pudor y la decencia serían decisivas las restricciones en la representación del cuerpo: el desnudo rescatado del Mundo Clásico como algo luminoso, se convertía en símbolo de pecado y motivo de atención de la temida Inquisición...Miguel Ángel había muerto en 1564 y el nuevo puritanismo afectaría su obra:

Pablo IV encargó a Daniel de Volterra que cubriera con telas los desnudos del Juicio Final y el mediocre pintor lo hizo tan a conciencia que lo realizó al fresco :raspó y enlució de nuevo las partes que iban a ser pintadas con lo que debajo de su obra se encontraría  el blanco de la cal si se intentara recuperar  los originales.

Y en 1566 Pío V mandó cubrir aún más las desnudeces y finalmente destruir la obra completa. Sólo las peticiones insistentes y apasionadas de los miembros de la Accademia de S. Luca, la academia de los artistas, lograron disuadir al papa de perpetrar el crimen .

Las ideas sobre arte en el mundo católico eran otras y los desnudos ya sólo eran aceptables en mitología -pues no se hubiera podido destruir todo el arte antiguo sin que se produjera un gran escándalo.



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