Bruce Nauman, Indiana,1941.



lunes, 15 de diciembre de 2008

UN CUENTO ES UN CUENTO ES UN CUENTO ES UN CUENTO...









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ALFABIA ES UNA EDITORIAL NUEVA, PEQUEÑA POSIBLEMENTE, PERO CON OBJETIVOS PERFILADOS PARA HACERSE IMPRESCINDIBLE A LOS BUENOS LECTORES: TÍTULOS ELEGIDOS, EDICIONES CUIDADAS, TAMAÑO DE LETRA RAZONABLE Y MÁRGENES GENEROSOS. ADEMÁS, EN SU COLECCIÓN CUADERNOS ALFABIA, REINVENTA EL LIBRO DE BOLSILLO-BOLSILLO; EL QUE NI PESA NI OCUPA PERO SE PUEDE LLEVAR DE VERDAD EN EL BOLSILLO PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL METRO, EN UNA COLA, EN CUALQUIER ESPERA Y , AL QUE CUANDO LA EDICIÓN LO PERMITE, SE LE AÑADEN UNAS HOJAS PAUTADAS O EN BLANCO AL FINAL, PARA COMENTAR, PARA CONSTRUIRSE SU PROPIO ÍNDICE O SU PROPIA CRÍTICA.SON 

...SÓLO IDEAS, TAN ESCASAS GENERALMENTE, QUE MERECEN TENER ÉXITO ...PERO ESO DEPENDE DE LOS LECTORES.EN SU WEB DICEN: 

-* Quiénes somos Alfabia nace con el objetivo de recuperar clásicos ocultos, apostar por autores noveles y ensayos rigurosos que nos ayuden a entender la complejidad del mundo contemporáneo . Una editorial fresca y joven que abre sus puertas a los nuevos soportes de difusión cultural y que respira el tiempo en que vivimos. Publicaremos diez títulos al año en unas ediciones muy cuidadas que poco a poco irán forjando nuestro catálogo buscando un equilibrio entre tradición y novedad. 

[ Este librito de Vila-Matas , pertenece a Cuadernos Alfabia y contiene dos mini-narraciones: Ella era Hemingway y No soy Auster. El primero se reproduce en el post. Es un cuento dedicado, a un cuento...de Hemingway, el mejor cuento del mundo, según García Márquez; con Vila-Matas, ya se sabe, es un pequeño Borges contemporáneo que hace buena literatura, a menudo sobre literatura, de literatura,de literatura... pero es mejor leerle] 





ELLA ERA HEMINGWAY/ Enrique Vila-Matas.

"Parece que va a llover –dije aquel día al entrar en el aula.
Era un mediodía gris de primavera, pero no existía amenaza alguna de lluvia. Si dije aquello fue tan sólo para que los estudiantes empezaran a entrar en materia, en la materia del cuento que pensaba leerles.
Poco después les decía:
-A pesar de lo que os anunciaron ayer los profesores de este centro, no voy a limitarme a hablaros del relato breve en general. Pienso aprovechar que os tengo aquí para que me ayudéis a entender un cuento de Hemingway que nunca he comprendido del todo. Es más, voy a convertiros en carne de cuento, porque lo que sucede a lo largo de la próxima hora en esta aula pienso contarlo en un relato.
Me pareció que, sabedores de que podían convertirse en material literario, los estudiantes se olvidaron de cualquier tentativa de dormirse en clase, y algunos hasta me sostuvieron la mirada, desafiantes; otros parecían preguntarse qué me proponía hacer con ellos.
El cuento de Hemingway –les dije- se titula El gato bajo la lluvia. Hace ya muchos años, cuando leí que García Márquez consideraba este cuento el mejor que había leído en toda su vida, me precipité a leerlo, y no lo entendí, volví a leerlo de nuevo y aún lo entendí menos.
Hice una pausa y luego añadí:
-Lo que menos entiendo de todo es que sea el mejor cuento del mundo.
Como se trataba de un cuento muy breve, no tardé casi nada en leérselo a los estudiantes, aunque antes les advertí de, por ser un relato de Hemingway, había tener presente que el autor fue siempre un maestro en el arte de la elipsis y que lograba siempre que lo más importante de la historia nunca se contara. Es decir que la historia secreta del cuento se construía con lo no dicho, con lo sobreentendido y la alusión. Eso explicaría que el relato pudiera parecer trivial (una pareja de jóvenes americanos, de viaje por Italia, están en un cuarto de hotel: mientras él lee en la cama, ella se encandila de un pobre gato al que ve bajo la lluvia y dice que le gustaría tener un gatito que se acostara en su falda y, en definitiva, que le hiciera compañía), aunque en realidad no lo era tanto si sabíamos que Hemingway puso toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta.
Leí el cuento y luego les pedí a los estudiantes que, por favor , me ayudaran a encontrar cuál podía ser la historia secreta que se desprendía de aquel relato.
Una estudiante levantó la mano y habló de otro cuento parecido de Hemingway en el que se hablaba de elefantes blancos y en realidad la historia secreta era el embarazo de una mujer y su deseo callado de abortar.
Otra chica nos habló de la insatisfacción sexual de la joven que quería un gato.
Un estudiante añadió que tal vez en la protagonista de El gato bajo la lluvia había un deseo oculto de maternidad.
Por último una chica que parecía estar llorando dijo que todo era muy simple.
-Muy bien –le dije- adelante si es tan simple.
-Ella era Hemingway –dijo.
Me di cuenta de que ,gracias a los estudiantes, entendía mejor que antes el cuento, aunque seguía sin entender que pudiera ser el mejor cuento del mundo. De pronto, se me ocurrió pensar que tal vez no había que interpretar nada en aquel relato de Hemingway, quizás el cuento era completamente incomprensible, y ahí radicaba la gracia. Les conté a los estudiantes el final del cuento que escribiría por la tarde: yo regresaba a casa y daba vueltas a sus interpretaciones del cuento y de pronto descubría que aquel relato era simplemente incomprensible.
-Cuando leo algo que entiendo perfectamente –les dije- lo abandono desilusionado. No me gustan los relatos que se balancean peligrosamente en le abismo de lo obvio. Porque entender puede ser una condena. Y no entender la puerta que se abre.
Entonces, la estudiante que parecía estar llorando levantó de nuevo la mano.
Por un momento pensé que si aquella estudiante acababa llorando a continuación llovería. Y es que yo en mi juventud conocí una chica que siempre lloraba si llovía.
La estudiante me dijo entonces que le parecía muy bien que hubiera encontrado el final de mi cuento, pero que me recomendaba que al escribirlo, pensara en los lectores, es decir, que pensara en ella.
Creo haberle hecho caso. Pero aquí estoy yo ahora sin entender nada, ¡pero nada!, tampoco este cuento."





NO SOY AUSTER/ Enrique Vila-Matas
La segunda narración del volumen parte de una reflexión del autor sobre la calidad literaria de Paul Auster. Las ideas son, por lo menos, discutibles.Aunque los tópicos al final resulten ciertos y el paranoico pueda ser realmente un perseguido, Vila-Matas se toma demasiado a pecho el descenso en grados de la admiración a Paul Auster en nuestro país. Le parece injusto, Auster es un tipo encantador y "España -un país corroído por la envidia, gran deporte nacional" .Tal vez sea cierto, tal vez sea el deporte nacional del único país del mundo,aunque sea un tópico, tal vez Paul Auster siga siendo considerado en el resto de Occidente por lo menos, (excepto en EE.UU) un escritor de primera, de la categoría de Salinger, los dos Roth americanos, Bellow,Tobias Wolff... por citar a algunos de los preferidos de este blog...pero, después de todo, esto es lo de menos. Lo de más es lo que Vila-Matas logra con ello, un trozo de escritura polémico y apasionante. Convierte el librito en algo precioso,una joya literaria, un tesoro, de sólo 10 x 13 cm,40 pp. y 4€... 





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